Se trata de un tríplex adosado en una urbanización de Puigcerdà, con orientación oeste.
Se construyó en 1987 y los nuevos propietarios querían adecuarlo a los tiempos actuales y hacerlo a su gusto, además de habilitar la última planta en formato suite, con un nuevo baño y una habitación.
Condicionantes
A pesar de hablar de un tríplex, se trata de una vivienda entre medianeras con una crujía inferior a los cuatro metros de anchura, de forma que los espacios que generan no pueden ser muy amplios. El objetivo era minimizar este efecto y renovar todas las estancias.
Propuesta
Para adquirir la máxima amplitud de los espacios de la vivienda, se optó por hacer que la entrada fuera el ‘leitmotiv’ de la intervención.
Con este elemento se hicieron las nuevas barandillas de la escalera, la divisoria de entrada de la cocina o el cierre de la última planta de la vivienda. De este modo se conseguía que la luz y las visuales dentro de la vivienda lograran un mayor recorrido.
Aparte de los baños y las habitaciones, se renovó toda la iluminación de la vivienda, de forma que, por mucho que se cambie de planta, no se pierda la impresión que todas pertenecen a un mismo conjunto.